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#2 La muralla

Balmaseda era, y sigue siendo, una villa. Esto le otorgaba privilegios comerciales que otros lugares no tenían, como por ejemplo el cobro de impuestos al comercio que pasaba por el lugar. Para ello había diferentes elementos que facilitaban la protección y seguridad tanto de los vecinos como de la actividad comercial. Uno de ellos era la muralla. Un recinto amurallado que marcaba los límites de Balmaseda. Luego veremos que esto no es del todo cierto, ya que existían otras construcciones extramuros. Aún así esta cerca, vista desde la lejanía, dibujaba el perímetro de la villa.

Perímetro de la muralla

Comenzando desde el mercado, la muralla se extendía pegada al río, siguiendo el vaivén de la ribera. El primer giro importante se daba en la esquina sur de la villa, a unos metros de la puerta del campo. El muro continúa esta vez perpendicular al río hasta la puerta la osera, para metros después dar otro giro encarando la subida hacia el castillo. En lo alto del cerro volvía a caer hacia el mercado, pasando muy cerca de la iglesia de San Severino, para finalmente llegar al límite noreste de la villa. Aunque hay que matizar, que el recorrido exacto y preciso de la muralla en el siglo XV es más difícil de dibujar en algunas zonas que en otras.

En alguna representación pictórica de Balmaseda, se han dibujado torretas de vigilancia a lo largo de la muralla. En la recreación virtual de Balmaseda 1487, se han incluido dos torretas, si bien es cierto que la evidencia histórica y arqueológica aún no pueden sostener esta hipótesis con gran fuerza.

Casas-torre

Estas casas se diferenciaban del resto de viviendas de la villa por varias razones. Principalmente por su altura y construcción. Eran casas reforzadas y preparadas para la defensa y el ataque. Algunos ejemplos a buen seguro dispondrían de cadalsos en su parte superior, lo que les permitía un ángulo mayor de ataque. Eran palacios con escudo y sillería, y torres coronadas por almenas. Los habitantes de estas mansiones fortificadas, eran miembros de familias influyentes de la villa. El poder económico y político se unían dentro de las paredes de estas construcciones.

En el contexto bajomedieval que nos ocupa, la torre podría considerarse como uno de los modos más extendidos de regulación de las comunicaciones (Azkarate 2004, 16). Se han recreado un total quince casas-torre y torrecillas, situadas de manera aproximada en el lugar en el que estarían localizadas en el siglo XV.

Iglesia de San Juan

En la recreación del proyecto se ha retirado la torre y el soportal del lado este. Hablamos de un templo de una sola nave. La solución dada a la casi obligatoria existencia de una campana se ha subsanado mediante una espadaña en la parte central de la portada principal, sobre el tejado, que bien podría haber cumplido su misión mientras se construía una torre gótica como la que se ha recreado.

Respecto al origen del templo, existen dos hipótesis:

  • A) En uno de los dos testamentos recientemente encontrados por Igor Santos Salazar, se menciona la existencia de la Iglesia de San Juan ya para el año 1472. Este hallazgo documental corrobora la fecha en la que Martín De los Heros situaría la fundación de la iglesia, pero sin aportar ningún documento que lo sostuviese. Igor sugiere la relación de la familia De la Puente con la iglesia como fundadora de la misma. Obviamente lo maneja como hipótesis de trabajo sin que sea algo concluyente.
  • B) Por su parte Valentín Ibarra que sostiene el origen anterior de la Iglesia de San Juan,  que sería la iglesia originaria de Balmaseda, situada en la calle más antigua de la villa,  núcleo primitivo del asentamiento. Valentín no vincula, por tanto, la fundación de este templo a una familia determinada sino a que sería la primitiva iglesia de la villa o que se asentaría sobre una anterior que sería la que ofrecería el culto a los balmasedanos, antes de la construcción de la iglesia de San Severino.

Independientemente de ambas hipótesis (que fuera patrocinada por el municipio de la villa o por personas o familias privadas), el hecho cierto es que ya existiría para 1487 una iglesia con enterramientos, puesto que los documentos aportados por Igor nos hablan del deseo de dos miembros de la familia De la Puente de enterrarse en ella. 

Puertas

A finales del siglo XV se deben enumerar un total de cinco puertas de acceso a Balmaseda. La puerta del mercado (junto a la iglesia de San Severino), la puerta de media la villa (cercana a la iglesia de San Juan), la puerta del campo (daba al camino real) y la puerta de la osera (hacia Carranza). Menciones a las citadas puertas se pueden encontrar en el documento de bienes raíces de los balmasedanos que citamos en la sección de bibliografía de esta web.

La quinta y última de las puertas es La Puente (el puente viejo), hoy un símbolo del pasado medieval de Balmaseda. Pero dada su importancia, esta singular construcción tiene una parada particular en nuestra visita virtual, a la que todavía no hemos llegado.