El puente viejo, conocido como La Puente en la edad media, es una de las señas de identidad de la villa, y es además una antigua puerta de entrada a Balmaseda. Hay que entenderlo como una aduana. Un puesto en el que un mercader tenía que parar su carro y poner en la mano de los guardias una cantidad de dinero para seguir el paso. De esta manera se pagaba el pontazgo, un tributo medieval que ayudó al desarrollo económico de Balmaseda.





Podemos datar la construcción del puente gracias a unas marcas de cantero que a día de hoy se siguen viendo en el arco pequeño adosado al torrejón. Estas marcas coinciden con algunas de las encontradas en dos iglesias románicas de Mena (Iglesia de Santa María en Siones y la iglesia de San Lorenzo en Vallejo). Es por ello que se puede datar el puente en los siglos XII o XIII.
El torrejón o torre, es posterior. No lo podemos datar documentalmente. Pero se puede pensar que para la primera mitad del siglo XV ya estaría construido.

Existe una representación pictórica de Balmaseda de Lorenzo de Llano del año 1768, en el que representa el puente viejo y su torre dispone de un remate almenado. Puede ser una imagen idealizada, o podría ser el remate original de la torre, antes de cubrirla con un tejado. No hay documentación que sostenga esta hipótesis, pero es una posibilidad.
Otros puentes de acceso
Tomando en cuenta los accidentes fluviales que existen a ambos extremos de la muralla y los caminos que salían de la villa, es lógico pensar en la existencia de más puentes que tuvieran como objetivo salvar los pasos de agua que vienen de nuestros montes. A día de hoy no quedan restos de estas construcciones. Aún así, se han recreado para entender mejor las vías de comunicación que tenía Balmaseda en el siglo XV.


En la recreación virtual, se han representado tres puentes, además del puente viejo. Uno de ellos daba acceso a la puerta de la villa, junto a la iglesia de San Severino. Mediante este puente se cruzaba el arroyo del acebo. Los otros dos puentes se sitúan junto a las puertas de el campo y de losera, y salvaban el paso de agua del río Kolitza.
Vados
No obstante, lo mencionado hasta ahora no era la única manera de cruzar el río. Se conoce la existencia de dos vados. Dos puntos de aguas poco profundas por los que se podía cruzar. Uno de ellos es el vado que da a la puerta de la media villa. Este vado daba acceso a Balmaseda por su parte central, cruzando la puerta y accediendo a la calle vieja. Cabe preguntarse la razón de la existencia de este vado. Podría tratarse de un vado muy antiguo (previo a la puente), o quizá su existencia responda a la pesada carga de algunos comerciantes cuyos carros y caballos no eran capaces de subir La Puente.


El otro punto se encontraba aguas arriba, más allá de la puente. En lo que hoy sería el parque infantil de Santa Clara. Inmediatamente después de cruzar este vado había que pasar por uno de los pequeños puentes antes mencionado. A día de hoy en estos dos vados, en determinadas épocas del año el agua sigue pasando a un nivel muy bajo.